viernes, 25 de marzo de 2011

NOTA DESTACADA N° 13: VIAJE a USUAHIA

Estimados Isares,
Es un  placer poder publicar para todos los amantes del Turismo y del Automovilismo, en particular de los vehículos Isard, esta travesia desarrollada por nuestros amigos Herwig Wilk y Helmut Riemer desde Alemania a Ushuaia y regreso con su Glas (Isard) 1700.
Desde ya le agradecemos mucho a Herwig por la narración de los hechos.
Desde Argentina  un fuerte abrazo y los esperamos nuevamente..................................

EL VIAJE A USHUAIA

“ ! Vámonos ya !” Con esta orden gritada a la manera de un cabaretista bavaro, mi compañero de viaje, Helmut Riemer, me empujaba siempre de nuevo a continuar viaje en el GLAS 1700 desde Buenos Aires hacia Tierra del Fuego.
El resultado fue, que 14 días después de haber partido, tras nuestros 9.000 Km. más en el cuenta kilómetros, regresamos a Buenos Aires.
Pero vayamos al comienzo: tras nuestra experiencia positiva en el viaje a Hammerfest y al punto mas boreal del mundo el Cabo Norte en Noruega en año 2007, me animé a organizar lo mismo hacia el punto mas austral del mundo en Tierra del Fuego, la ciudad mas austral, Ushuaia, como así también el final de la Ruta nacional 3 en la Bahía de Lapataia.
El transporte del GLAS (Isard) a Río de Janeiro, nuestro plan inicial, no fue posible. Por lo tanto embarqué a mi auto en un barco “Roll on Roll off” de la Línea Grimaldi desde Hamburgo a Buenos Aires. Aproximadamente cada 14 días hay una conexión a America del Sur, el transporte dura aprox. 30 días.
Inmediatamente después del primer encuentro de modelo GLAS 1700 (septiembre 2008) en Baviera seguí viaje a Hamburgo para embarcar mi auto. Con algo de temor tuve que dejar mi GLAS en el puerto, con todas las puertas abiertas y la llave puesta ! ¿Lo veré en Buenos Aires nuevamente? ¿En que condiciones estará?
El 2 de Noviembre volé a la Argentina, para recibir personalmente el auto, donde tuve algunos días de tiempo para hacer preparativos para el viaje.
El 10 de Noviembre de 2008 llegó el auto. Bien temprano fui al puerto lleno de esperanza, pero luego empezó la frustración. En un instante me di cuenta, que la burocracia en un país tan europeizado es tercer mundista. Me costo todo un día en conseguir los papeles de entrada y estadía para el auto. Incontables oficinas tuve que visitar para recibir los sellos necesarios, siempre con las típicas colas.
Por fin pude recibir mi GLAS, por afuera todo en orden, también arrancó enseguida. No obstante sufrió bastante en el viaje. Principalmente las partes de goma. Y también, bien raro, había desaparecido todo el liquido de frenos. Todo un día necesitamos, para poner el auto en condiciones, comprar rueda de auxilio con llanta, baliza, matafuego etc. Todas estas cosas no los pudimos mandar con el coche. Solo algunos repuestos pudo colocar mi compañero de viaje Helmut en forma genial entre los resortes del respaldo, donde no hicieron ruido de ninguna manera. Bien guardado para ladrones o aduanas! Hasta medio eje había llevado de esta manera.
El mismo día también llegó Helmut y fue al alojamiento en la casa de los suegros de su hija. Mientras Helmut visitaba ciudad yo me encontré en el ACA con el Ing. Sierra, especialista de coches antiguos en el club. Fue muy cordial y amable y me dio una carta de recomendación para los centros de servicios del Automóvil Club Argentino.
El 14 de Noviembre comenzamos el viaje, contentos de huir de los 37°C de temperatura en la ciudad. Al mediodía gozamos de un rico asado en una de las tantas parillas al lado del camino y en Villa Gesell encontramos un cómodo hotel en la playa.
Al sur de Río Colorado comienza la Patagonia. Luego de un control sanitario estricto (no se puede llevar fruta, verdura y carne ) entramos en otro mundo. Hasta aquí habíamos atravesado la pampa húmeda, pero ahora cambió la vegetación radicalmente. Principalmente arbustos bajos y pasto seco bordeaba la ruta. También el ganado vacuno era escaso, ya que los campos cambiaban a ser semidesérticos.

Después de Trelew comenzó la soledad. Pocos pueblos y aun menos estaciones de servicio lindaban el camino. En Comodoro Rivadavia, el centro petrolero del país, queríamos pasar por el ACA para cargar nafta. Pero: fiesta! Cerrado! Era la última posibilidad de cargar en el pueblo, el tanque a medias lleno.
“Vámonos ya “ el grito de Helmut. Buen provecho! La próxima estación en cualquier lado de la pampa tenía un defecto en la bomba. Otros 130 km ! En Tres Cerros por fin encontramos nafta donde nos preguntábamos si llegábamos todavía los próximos 140 km?
Aquí sufrimos la negligencia, de haber dejado en Buenos Aires en la partida tan abrupta, el bidón de reserva para nafta, agua y aceite, que tan dificultosamente habíamos conseguido ! Pero igual arribamos después de 890 km ese día en San Julián. Este trecho y luego hasta Río Gallegos es realmente la parte mas monótona de toda la Patagonia en nuestro trayecto. Llano, sin poblados, ningún árbol, ni arbusto, solo pasto duro y marrón. Por lo menos tuvimos un tiempo hermoso con mucho sol. Eso quiere decir, que también el viento patagónico no lo tuvimos que sufrir. Estamos muy contentos, solo el pensar que tenemos que volver el mismo camino nos pesó algo.
En Río Gallegos nos tenemos que decidir, si seguimos viaje. Tenemos todavía un largo trecho delante nuestro esta tarde, con solo una posibilidad de pernocte, dos aduanas que cruzar, una calle de ripio de 150 km y la balsa sobre el Estrecho de Magallanes. “Vámonos ya!” Grita Helmut.

El cruce de frontera a Chile (a Ushuaia solo se llega desde el lado chileno de Tierra del Fuego) lo logramos en 1 hora. Y después de 60 km de trayecto rápido estamos en el pasaje de Magallanes en el embarcadero, donde hay que cruzar para llegar a Tierra del Fuego. Para mí un momento emocionante estar junto con mi GLAS por cruzar el estrecho históricamente tan famoso. Después de una corta y tranquila travesía solo nos falta cruzar la parte chilena de la isla para llegar nuevamente a la parte argentina a San Sebastian donde queremos llegar al Motel del ACA.

“Vámonos ya!” Esta vez grito yo! Y Helmut comienza andar despacio y cuidadosamente. Todavía no sabemos lo que nos espera en los próximos 150 kilómetros!
Teníamos hasta la frontera con la RA un trecho de 150 km de ripio delante de nosotros.
Helmut va muy prudente y despacio en segunda marcha, en cada bache o golpe de piedra en el chasis se pone tenso. Él y el GLAS sufren! Yo conozco este tipo de caminos de mis viajes por Namibia, Australia y de la Carretera Austral en Chile. Hay que encontrar la velocidad justa para pasar por encima del serrucho y no caer en cada pozo y hendidura.
“ Helmut believe me “ (Helmut, haceme caso!) lo cito a Arno Sepaanen. “Meté pata!” En la tercera realmente el auto va más tranquilo, también la ruta mejora un poco. Problemas tenemos con los camiones y ómnibus que vienen de enfrente por la gran polvareda y las piedras. Al final casi ya es posible una velocidad de 80 km/h. Por fin la frontera argentina – y detrás nos saluda un hermoso asfalto. Pero justo delante nuestro se baja la barrera de la aduana. ¿Llegamos demasiado tarde? ¿ Ya está cerrada la frontera? En el galpón de la aduana juegan ping-pong, otros hacen siesta. ¡Huelga a la chilena¡ Cada hora paran por media hora !
Puntualmente a las 20:30 hs todos los empleados de aduana están en su puestos y los trámites aduaneros rápidamente resueltos.
Justo detrás de la frontera está el Motel del ACA. Degustamos un riquísimo menú de pescado y elevamos nuestro nivel de alcohol al limite normal. La tormenta y lluvia que se levanta a la noche golpeando fuerte sobre el techo de chapa, nos deja soñar del pasado tramo de ruta de ripio.
El día siguiente amanece con un tiempo hermoso. La ruta nos lleva al principio por la costa del mar y el paisaje va cambiando. Suaves lomas y los primeros árboles nos reciben. Hace mas calor, margaritas y diente de león crecen al borde del camino. El olor es de primavera. Montañas cubiertas de nieve y lagos solitarios aparecen ante nuestra vista, es casi como en casa. Sólo los guanacos y ñandúes que nos observan con interés nos dan la pauta de estar bien lejos de casa.
Todavía tenemos que atravesar el Paso Garibaldi y una buena hora después llegamos a nuestro objetivo: Arribamos a Ushuaia.

Nos damos el lujo de pernoctar en el noble hotel del ACA directamente al lado del Canal de Beagle. Seguimos enseguida al Parque nacional Lapataia donde en la bahía del mismo nombre se encuentra el punto final de la ruta nacional Nr.3. Es en el sur el equivalente al cabo Norte en Noruega y nosotros festejamos nuestro “triunfo” con unos vasitos de aguardiente bien típico austríaco.
Gracias a la carta de recomendación recibimos al próximo día una hora en el taller del ACA. También especialmente el mecánico jefe está a nuestra disposición. Él y mi compañero Helmut se preocupan por el GLAS. El caño de escape recibió algunas golpes de piedra y se soltó, también la dirección del auto ha sufrido. Después de un servicio y limpiado minucioso y gratuito, el GLAS está listo para poder seguir viaje.

Le entregamos al Secretario de Gobierno de la ciudad de Ushuaia el escudo de armas de la ciudad de Dingolfing y a la mañana siguiente ya comenzamos nuestro regreso. Para evitar la ruta de tránsito obligada, pero en tan malas condiciones, decidimos que vamos en dirección a Porvenir para ir con el ferry a Punta Arenas. Lógicamente doblamos a mitad de camino hacia al Norte y pudimos así ir por camino bien transitable y evitar el camino de ripio en tan malas condiciones de la ida.
A Punta Arenas, una ciudad de aspecto inglés, arribamos desde tierra. Pasando Puerto Natales llegamos nuevamente a la Argentina. En la frontera de Río Turbio hay problemas, pero al fin nos dejan seguir.
En la ruta nacional 40 (lo que seria en EEUU.d.America la famosa carretera 66) que es de ripio, tenemos un pinchazo en la goma derecha trasera. “No toques nada” grita Helmut y cambia la rueda. Yo hago fotos y noto, que perdimos la patente delantera. El soporte de plástico se había roto por un piedrazo.¡ Y exactamente 2km después comenzaba nuevamente el asfalto!

Después de un largo viaje llegamos a Calafate en el lago Argentino, un pueblucho turístico en algún lado de la nada. Allí hago la denuncia a la policía por la pérdida de la chapa. En realidad una acción que no sirvió para nada, ya que nadie, tampoco en los muchos controles policiales de la ruta, preguntaron por la falta de la patente. Quizás sea alga normal en el país. Pero cuidado en no tener el protector de enganche para remolque!
La visita del Glaciar Perito Moreno fue nuevamente un punto fascinante de nuestro viaje. Aquí el glaciar parte a un brazo del lago y forma un dique hacia el resto del lago de unos 40 m de altura. Aproximadamente cada 4 años se rompe este dique de hielo y las dos partes del lago se unen espectacularmente equilibrando el nivel del agua.
Debido a que comenzó un inquietante golpeteo en el auto a izquierda adelante decidimos no tomar la ruta de ripio de 200 km a la costa sino decidimos ir por el trayecto doblemente largo de vuelta a Río Gallegos a la ruta nacional 3. Y nuevamente tenemos el viaje interminable por la Patagonia austral delante nuestro.
El sol quema cada vez más intensamente por el parabrisas, va haciendo mas calor y comienza el viento. Lo notamos en tres motociclistas que nos cruzan en el camino. Están sentados muy torcidos sobre las motos haciéndole frente al viento. Ante este panorama nos matamos casi de risa. Pero, cuando paramos para bajar, tenemos que tener las puertas del auto y Helmut tiene que ajustar aún más el capot del motor.
En Comodoro Rivadavia nos desviamos de la ruta nacional 3 para ir en dirección de los Andes. Queremos ir a Bariloche, la principal población en la zona de los lagos al pie de la zona cordillerana, también denominado como la Suiza Argentina. Allí queremos presenciar la “Mille Miglia Argentina”.
Muchos desvios en el camino nos enervan, el golpeteo en el auto aumenta.
Bueno, parece no ser así en la patagonia: la capa asfáltica esta llena de roturas por hielo. Tenemos que manejar muy atentos, esquivar muchos baches y frenar a menudo. A pesar de todo golpeamos adentro de muchos baches. Por suerte no son muy profundos. Y el golpeteo del auto aumenta. En el taller de un pueblo Helmut diagnostica cabezas de la guía gastados y un cojinete de la columna de dirección gastado. En este pueblo no se puede reparar, tenemos que seguir hasta Bariloche. También el velocímetro ha dejado de funcionar. A lo lejos aparecen los picos nevados de la cordillera, y después de tres días de viaje por la estepa patagónia cambia la vegetación rápidamente. Los primeros pinos bordean el camino, cruzamos el parque nacional Los Alerces. El paisaje se torna verde, lleno de plantas florecientes. Luego, en un cruce de caminos antes de El Bolsón una sorpresa: un campo lleno de lupines en flor, igual que en el sur de Finlandia!
Pasando el valle verde de El Bosón lleno de rosas, lilas, lupines y retama (hiniesta) llegamos al parque nacional Nahuel Huapi y a la ciudad de San Carlos de Bariloche.
En ésta Helmut quiere cambiar en el taller las barras de dirección. Pero se pone loco cuando ve la herramienta argentina para desmontar la barra, un martillo de 10 kg! El mecánico lo echa a Helmut del taller pero yo los puedo apaciguar y calmar a los dos. El arreglo se realiza a nuestra total satisfacción y para calmar los nervios nos cedemos un menú a tenedor libre de 10 Euro. Que nosotros comemos 8 platos, con eso seguro que no habían calculado.
Con un hermoso sol disfrutamos del Circuito Chico hasta el famoso hotel Llao Llao, el hotel organizador de la Mille Miglia Argentina. Lamentablamente todavía no habían arribado todos los participantes. Con una cuota de inscripción de 5.000 U$ para los 4 días obviamos una participación en la misma y comenzamos nuestro regreso a Buenos Aires.
La primeras tormentas de verano inundan la Pampa y las calles y en un pozo lleno de agua en un trayecto en construcción reventamos la goma trasera. Helmut cambia la rueda mientra yo hago foto de un Torino estacionado al lado, un modelo diseñado y creado en la Argentina. Luego de este cambio de la rueda trasera desapareció el golpeteo. La goma de auxilio comprada en Buenos Aires antes de partir tenía una falla.
Pasando por la Avenida 9 de julio termina en forma muy feliz nuestra aventura. En 14 días hemos recorrido 9.000 km, conocido mucho y visto muchos “paisajes”.

Lamentablemente no pude entrar en contacto con dueños de Isard en la Argentina, solamente con Germán Schulz y su yerno Gustavo Galli, que me ayudó mucho, nos encontramos a menudo.
Para la vuelta embarqué el GLAS en un contenedor, sólo con los papeles de aduana todavía tuvimos algunos problemas pero tras dos días en la aduana también saltamos esta valla.
Y fin de enero el auto nuevamente estuvo de vuelta en su patria, en el estacionamiento de invierno cerca de Dingolfing.

Erich Dumler (Traductor)                                                                                                Herwig Wilk

jueves, 24 de marzo de 2011

NOTA DESTACADA N° 12: Vehículos ISARD en Competición

COUPE ISARD SPORT 400 - 1966
Miguel Angel Escofoni en la edicion 1966 del Gran Premio se presentaba con su Coupe Isard Sport 400. llego a completar la primer etapa ubicandose 61° sobre 76 clasificados en su clase. (Foto Revista Automundo)


ISARD 1204 - 1967
4a Vuelta del Noroeste, May '67


ISARD T700 - 1963 - 1964
ONCE TRIUNFOS CONSECUTIVOS EN ONCE CARRERAS CONSECUTIVAS


Excelentes maquinas en todas las carreras y extraordinarios pilotos conduciendolas. Genuinamente lo mejor del País. Una vigorosa puja mecánica y un juego de pericia, arrojo y sabiduria deportivas. Hemos tenido la suerte de que un gran piloto como Juan Pomodoro eligiera nuestro ISARD Royal T700 para correr; porque evidentemente Juan Pomodoro sabia como conducir y conducirse para ganar.
De que otra manera, si no, puede explicarse esta impresionante serie de once triunfos consecutivos en once competencias consecutivas ? Realmente una maquina extraordinaria en manos de un excelente piloto. Afortunadamente tuvimos grandes rivales este es nuestro legitimo orgullo.



 ISARD T700 - 1965 El Isard T700 N°20 de Enrique Luis Beovide habia hecho abandono en la tercera etapa del Gran Premio 1965, y luego de reparar siguio la caravana de la carrera como auxilio y/o auto de repuesto. Asi fue como kilometro tras kilometro se le iban quitando elementos para quienes estaban en carrera. Al arribar a Tucumán se lo vio sumamente desmantelado e increiblemente circulando con una de sus ruedas completamente en llanta. (Foto revista Automundo)

ISARD  - 1960 (por Alberto Villa)
En una primera época las competencias se desarrollaron en circuitos callejeros, como  los que se trazaban en  las vistosas costas de San Pedro, en la Costanera Capitalina, en el Parque de la Independencia de Rosario, en La Plata,  Béccar, o  en sectores de la antigua Panamericana. En esos escenarios y en bullanguero estruendo se entremezclaban los Heinkel, los Isetta y algún esporádico Messerschmitt, que agrupados  en una cantidad que rondaba la docena  entusiasmaban a la siempre numerosa concurrencia.En 1960 se agregaron a esta especialidad los Isard 300 y 400, que con mejores prestaciones comenzaron a desplazar a los casi imbatibles Heinkel.
El reglamento para esta categoría era libre, pero igualmente siempre dejaba dudas y solía despertar airados cuestionamientos cuando en alguna carrera surgía un ganador que se cortaba solo en la punta.
Ya en 1961 estas competencias pasarían a desarrollarse casi en su totalidad en el Autódromo Municipal de Buenos Aires, con un menor número de participantes y seguramente sin ese encanto adicional que era el de ver luchar a los conductores por mantener la estabilidad de sus vehículos en trazados estrechos.
Finalmente cabe destacar que a pesar de la breve vigencia que tuvieron estas competencias, las microcoupés aportaron lo suyo a un automovilismo argentino que, como dijimos, se encontraba en plena expansión y necesitaba contar con categorías promocionales que acapararan a los jóvenes entusiastas.
LOS GANADORES EN MICROCOUPES
Jorge Cupeiro - Heinkel
Antonio Mieres - Heinkel
Mario Fusilli - Isard
Luis María Paillot - Isard
José María Paillot - Isard
Julio Guimarey - Heinkel
Antonio José Mayr - Heinkel
Luis Morelli - Heinkel


José Maria Paillot - 1961
Coupé Sport Isard ganó el Campeonato de la AAAS

(Foto: Revista Velocidad)

LA EXTRAÑA CATEGORIA ESPECIAL 450 CM3 DE LA AAAS
(por Alberto Villa)
Las competencias de microcoupés habían tenido buena aceptación y llegaron a ser numerosas, pero al promediar la temporada 1961 la cantidad de vehículos en cada convocatoria de esa categoría dejaba ya de ser importante. 
Por un lado el mercado automotor contaba con algunos otros pequeños e interesantes modelos que acaparaban un mayor interés, y esto hacía que de alguna manera las microcoupés pierdan el furor inicial que habían tenido, situación que se vió reflejada también en el plano deportivo al comenzar el año 1962.
La tradicional AAAS (Asociación Argentina de Automóviles Sport) organizadora de inolvidables reuniones automovilísticas e impulsora de muchas competencias de microcoupés y autos de baja cilindrada, resolvió en 1962 lanzar su primer campeonato interno a disputarse íntegramente en el Autódromo Municipal de Buenos Aires.
Con el propósito de poder mantener a los mas pequeños del automovilismo, se creó una división con reglamento prácticamente libre, con un solo límite de 450 cm3 como tope en la cilindrada, agrupando a los sobrevivientes de las microcoupés y algunos extraños aparatos de baja potencia que podían agregarse a la especialidad.
Asi fue que haciendo uso de las libertades técnicas del reglamento, por ejemplo los Heinkel pasaron a tener el volante a la derecha, para aprovechar mejor el peso del conductor en las curvas, colocándoles además plexiglas en reemplazo de los vidrios y que los hermanos Paillot aparecieron con la Coupé Sport Isard y el sedan 400 bien bajos casi sin suspensiones y provistos con puertas de aluminio.
Todo era muy extraño, porque se sumaron también a la categoría algunos Citroën 2CV “especiales”, algunos pequeños prototipos monopostos y bipostos con motores de 175 cm3 de fabricación artesanal y hasta una buena cantidad de karting, a quienes luego se les negaría la participación por cuestiones de seguridad.
El torneo 1962 fue ganado por José María Paillot con la Coupé Sport Isard siendo un reiterado vencedor en cada una de sus presentaciones, y se recuerda como un curioso episodio de aquella singular categoría, cuando los hermanos Paillot empataron el primer puesto en una de las competencias disputadas, hecho que derivó luego en un gran escándalo.
Los Hermanos Paillot y los Isard más "Caminadores"
(por Alberto Villa)
Jose M. Paillot en el GP 1964 (foto Revista El Gráfico)

La categoría de los bicilíndricos refrigerados por aire tenia entre sus autos tradicionales al Isard 700, un vehículo que por sus características se adaptaba formidablemente a los caminos montañosos, sinuosos y difíciles, aunque se mostraba menos efectivo cuando se transitaban extensas rectas.
Isard fue la única fábrica que presentó en la categoría 700 cm3 equipo oficial íntegramente argentino, ya que NSU lo hizo en su momento con unidades provenientes de Alemania, o en coparticipación con Autoar Argentina.
El primer gran baluarte de la marca Isard fue el riocuartense Remigio Caldara que logró ser tercero en el Gran Premio 1961 y ganar el de 1962, pero su participación con el Royal T 700 resultó fugaz, ya que Caldara era un asiduo piloto de autos de gran potencia.
A partir de 1961 aparecieron los hermanos Luis y José María Paillot como representantes de la marca y pasaron a lograr notoriedad poco tiempo después, hasta convertirse en los más emblemáticos pilotos de Isard, resultando sus experiencias las que también enmarcaron la historia de la categoría de los bicilíndricos de 700 cm3.
Dueños en su momento de una elegante agencia oficial denominada Paillot y Rolan, ubicada en una tradicional zona de San Isidro, Av.del Libertador al 15700, allí mismo, en un sector del taller de service, se armaban prolijamente los Isard de carrera, que eran provistos siempre de los mejores elementos importados, contando además con todo el apoyo de fábrica.
Los cascos de los autos eran livianos, bien balanceados, y lucían un color gris metalizado que los distinguía. Sus performances eran superiores al resto de los pares de la marca.
El período comprendido entre 1961 y 1964 fue para los hermanos Paillot una época intensa y fructífera en la que supieron recoger éxitos y reconocimientos. Su fuerte eran las difíciles trepadas de montaña, llegando a sorprender de sobremanera en el andar.
El Gran Premio 1964 fue ganado por José María Paillot, pero la Comisión Técnica del ACA no convalidó esa victoria al cuestionar técnicamente su auto.
Sería luego en enero de 1965 cuando en una de aquellas ediciones denominadas “Revancha de Gran Premio” y tal vez en busca de una reivindicación José María sufre un grave accidente cuando se dirigía al punto de partida. Luego vendría una larga y paciente recuperación, al mismo tiempo que Isard Argentina cerraba definitivamente sus puertas.
Con ese inimaginable final los hermanos Paillot terminarían su ciclo en el automovilismo deportivo. Seguramente el retiro en 1965 de estos dos grandes referentes de la marca Isard, haya sido la primera gran señal que tuvo la categoría Turismo hasta 700 cm3, camino a su definitiva desaparición, pocos años después.
 El Isard 700 de Luis M. Paillot en el GP 1963
(foto Revista Velocidad)

4 DE JULIO de 1965
La 6ª Vuelta de Córdoba de Turismo Carretera se realizó en un trazado muy trabado que favoreció a los autos de baja cilindrada. Ganó Hugo Gimeno con un De Soto-Valiant a 98 km/h de promedio, seguido por los Chevrolet de Ricardo Domínguez y Félix Peduzzi. Cuarto arribó el "insolente" Renault 1093 de Gastón Perkins, seguido por el Volvo 1.8 de Nasif Estéfano y por el diminuto Morris Cooper 1.1 de Gainza Paz. En un meritorio octavo lugar llegó Juan Pomodoro con Isard 1204. Toda una osadía, en una época en la que los TC tradicionales tenían 4 litros de cilindrada.

 ISARD T700 - 1963 Remigio Caldara de Rio Curto fue uno de los grandes y exitosos defensores del Isard 700. con este vehiculo y siendo piloto oficial de la marca ganó el Gran Premio 1963, conságrandose también campeón ese mismo año de la clase menor. (Foto Revista El Gráfico)
ISARD T700
En Carrera 1° el ISARD














 ISARD T700 - 1961
Largada del Gran Premio 2007
(Foto Revista Corsa)
ISARD 300 - 1960
El recordado Alberto Rodriguez Larreta ("Larry"), que supo destacarse sufrió unsolo vuelco en una competencia y lo sufrió increíblemente cuando le tocó pilotear un Isard 300. Fue en la última vuelta de una carrera de microcoupes en el año 1960. (Foto Revista El Gráfico)


 
Belforti - Parricho